salir y esconderte en mis ropas
engañarme los labios/
furiosa, tu tempestad que se acopla al silencio
y rompe a cuentagotas.
¿dónde no hay nada oculto,
sólo un hombre asfixiado en el puño,
levantando el sol y el mar y la lluvia y la arena,
capaz de enceguecer mi suspiro
hecho de humedades?
otra vez desciendo esa escalera que regulariza mis pies
que ubico justo por debajo
del miedo a las alturas.
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