algo como las horas se refriega en tu oído y no te permite ladrarme palabras/
nazco traicionada por tus dudas de vidriera barata, de mostrador...
me recuesto donde los días se descomponen...
y siento tu presencia tan bien definida y lejana
que recupero todo tu cuerpo descompaginado como una imagen de sal sobre mi herida/
me desdigo y marchito todos los rostros de un vacío imposible...
te estrecho como siempre entre mis descuidos más humanos,
para abrigarme en tu desierto fonético y no verme en él...
segrego una esperanza y sus respectivos fracasos,
los extiendo en el balcón, mientras le saco las espinas/
a tu crucigrama ...
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